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jueves, 1 de diciembre de 2011

LA ANESTESIA

                            LA ANESTESIA
Desde sus orígenes, la cirugía estuvo limitada en su desarrollo por tres grandes obstáculos: la hemorragia, la infección y el dolor. Ya hemos visto cómo en el siglo XVI Ambroise Paré (véase p. 88) la técnica de la ligadura de los vasos, en sustitución del cauterio tradicional, para cohibir la hemorragia en las heridas de guerra y en las amputaciones. También ya se ha mencionado que con el desarrollo de la teoría microbiana y la introducción de las vacunas, las antitoxinas, la quimioterapia y los antibióticos, la lucha contra las infecciones en cirugía ha tenido grandes éxitos en este siglo.

La búsqueda de métodos para disminuir el dolor en las operaciones quirúrgicas es muy antigua: los médicos árabes usaban opio y hiosciamina, y la mandrágora es todavía más antigua, junto con el alcohol, pero ninguno de estos agentes impedía el dolor en ciertas operaciones, como las amputaciones.

En 1799 un químico inglés, Humphry Davy (1778-1829) respiró óxido nitroso y sugirió que podría usarse en cirugía; sin embargo, como ese es el "gas de la risa más bien se usó como diversión en fiestas de gente joven, hasta que fue sustituido por el éter sulfúrico, que produce un efecto similar, y como es líquido se puede llevar en un frasquito. En 1842 un estudiante de química de EUA, William E. Clarke, que había asistido a varias "fiestas de éter", pensó que podía tener otro uso y se lo administró a una joven mientras un dentista le extraía un diente, con lo que ella no sintió dolor; sin embargo, Clarke no volvió a usar éter de esa manera. En ese mismo año Crawford Williamson Long (1815-1878), médico joven de Jefferson, que también había experimentado en "fiestas de éter", lo usó como anestésico general en una operación quirúrgica, y volvió a usarlo de la misma manera varias veces más en los siguientes cuatro años; sin embargo, no hizo pública su experiencia sino hasta 1849.

En cambio, Horace Wells (1815-1848), dentista de Hartford, Connecticut, impresionado por una demostración popular de los efectos del óxido nitroso, hizo que le extrajeran uno de sus dientes bajo la influencia del gas y no sintió dolor, por lo que lo usó como anestésico en por lo menos 15 extracciones dentales y después hizo una demostración pública en enero de 1845 en el Hospital General de Massachussetts, en Boston. Aunque después de la extracción dental el paciente dijo que no había sentido nada, durante la demostración se quejó un poco, por lo que Wells no convenció a los asistentes. Sin embargo, uno de sus alumnos que estaba presente, William Morton (1819-1868), siguiendo el consejo del químico C. T. Jackson, usó éter con éxito, por lo que solicitó realizar una demostración pública en el mismo hospital, el 16 de octubre de 1846, en la que se extirpó un tumor del cuello con anestesia general.

En la Biblioteca Countway, de la Universidad de Harvard, en Boston, hay un cuadro de Robert Hinckley, pintado en 1882, en el que se reproduce este episodio, y la sala en donde se llevó a cabo la operación se conoce hasta hoy como la Cúpula del éter. Después de confirmar en otros pacientes quirúrgicos que su técnica inducía anestesia general útil en cirugía, Morton intentó patentarla con el nombre de Letheon y se enfrascó en pleitos interminables acerca de la primacía de su descubrimiento.
De todos modos, el método se generalizó, pues un mes después ya se usaba en Inglaterra y antes de un año en el resto de Europa. James Young Simpson (1811-1870) empezó a usarlo en obstetricia, pero como el éter no era tolerado por algunas pacientes cambió a cloroformo.

Nuevas técnicas se desarrollaron para administrar mezclas de los gases anestésicos con aire y para controlar con precisión sus concentraciones relativas. La vía intravenosa para lograr anestesia general fue usada en varios pacientes por Pierre Cyprien Oré (1828-1889) en 1874, por medio de hidrato de cloral, que a partir de 1903 se cambió por los derivados del ácido barbitúrico.

La anestesia por depósito de la sustancia química en el canal raquídeo fue realizada por primera vez en 1898 por August Bier (1861-1949) de Alemania, logrando insensibilidad en la mitad inferior del cuerpo y conservando la conciencia del paciente, lo que se usó sobre todo en obstetricia.

Para la anestesia local, Carl Koller (1857-1944) de Viena empezó a utilizar cocaína en la cirugía oftálmica primero, y después en la otorrinolaringología; al principio se usaba en forma local, pero pronto empezó a iuyectarse por debajo de la piel para operaciones locales. La técnica de la inyección de cocaína en los troncos nerviosos correspondientes a la región sometida a cirugía fue introducida en 1884 por William Halstead (1852-1922) de Baltimore; posteriormente se prepararon derivados de la cocaína (novocaína, lidocaína, xilocaína) que la sustituyeron.


Figura 33. Primera demostración de la anestesia por William T. Morton en el Hospital de Massachusetts, Boston, en 1846.

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